El término dehesa proviene del latín “defesa” que significa defensa, y que hace referencia al terreno acotado al libre pastoreo de los ganados. Así, a partir del concepto jurídico, nace un ecosistema creado de la mano del hombre y en el que la clave de su conservación es el perfecto equilibrio entre el cuidado del medio y el aprovechamiento agrícola (principalmente cereales, viña y olivar), ganadero y forestal.
Es en ese entorno, al abrigo de los Montes de Toledo y el Parque Natural de Los Cabañeros, en el que nuestros olivos, conviven en armonía con la crianza de ganado vacuno y bovino y con una amplia variedad de especies autóctonas como ciervos, gamos, corzos, buitres y águilas. Además, tenemos el honor de que nuestra Dehesa haya sido declarada zona especial para la conservación del lince.
Por otra parte, el clima continental, con veranos cálidos y otoños con lluvias, garantiza las condiciones óptimas para el cultivo de nuestras aceitunas cornicabra.